A pesar de que es difícil competir con el omnipotente deporte rey y el gran número de aficionados que mueve, desde hace años es posible constatar como deportes como el rugby en España comienzan a despertar un gran interés y gozar de una excelente salud.
Prueba de ello es que el pasado año se ha rozado cerca de las cuarenta mil licencias en España, un incremento de más del cincuenta por ciento en tan solo seis años.
Sin embargo, a pesar de que está experimentando un gran crecimiento e interés, aún son muchas las dudas que hay sobre el desarrollo, cómo jugar al rugby, costumbres y curiosidades sobre este deporte, especialmente entre los nuevos aficionados que comienzan a disfrutar de él, que aún no conocen aspectos tan esenciales como por ejemplo el tercer tiempo en rugby.
¿Qué es y por qué motivo se celebra el tercer tiempo?
Para entender el valor del tercer tiempo en el rugby, hay que tener en cuenta el espíritu de este deporte; un deporte entre caballeros, donde el respeto por el rival, el honor, la deportividad, los valores y la fraternización son premisas fundamentales.
Durante la duración de un partido de rugby se forjan excelentes relaciones de respeto, e incluso amistad, entre los diferentes jugadores; algo que incluso se prolonga más allá del pitido final.
Esto motiva a que después del encuentro, ambos equipos suelen quedar para disfrutar de una amena conversación en la mejor compañía, acompañada de unas buenas cervezas, mientras se corean canciones y cánticos típicos.
Esta tradición deportiva del tercer tiempo se remonta a un encuentro entre Inglaterra y Escocia en el siglo XIX, donde el equipo local invitó al visitante a un banquete regado con numerosas cervezas tras el encuentro.
El éxito del “third half” fue tal, que con el tiempo se convirtió en una tradición que ha llegado hasta nuestros días, como una ocasión única, prácticamente inexistente entre otros deporte, de disfrutar de los compañeros, los rivales, del rugby y de los valores que emanan de él.
El tercer tiempo cuenta además con ciertas costumbres típicas en algunos países, como el de correr desnudo en el local donde se celebra, si el jugador durante el partido ha logrado anotar tries.
Los valores del rugby y la importancia del tercer tiempo
Los objetivos de la celebración del tercer tiempo son el de alzar los valores del rugby por encima de todo; valores donde la camaradería y el respeto es fundamental, y en el que a pesar de ser un deporte de contacto -donde el físico es muy importante- siempre hay un especial celo para que la deportividad esté siempre presente.
A pesar de la dureza que puede suponer a primera vista la práctica de este deporte, todas las acciones, choques y jugadas durante los dos tiempos del rugby, son realizadas con especial cuidado, evitando lesionar al rival y que éste no sufra ningún tipo de lesión.
Esta tradición tan famosa en el rugby como la melé o el ruck, a pesar que a alto nivel competitivo -como el Torneo de las Seis Naciones– se ha perdido en parte, es una tradición que se ha instaurado con fuerza entre muchas federaciones y equipos profesionales, especialmente en España, donde cada vez más, el tercer tiempo en rugby es una práctica afianzada, en el que el compañerismo y las cervezas ayudan a recrear un ambiente realmente envidiable por parte de otros deportes.
Prueba de ello es que en España, la Liga Profesional de fútbol quiso en su momento -hace unos seis años- introducir esta tradición en la principal competición mediante un proyecto piloto, para que los jugadores y los árbitros pudieran charlar tranquilamente y de manera deportiva sobre detalles del encuentro disputado.
Incluso la liga italiana de fútbol, influenciada por los valores del tercer tiempo de rugby, hace más de diez años incluyó algunos detalles de esta tradición, como por ejemplo el que los jugadores tengan que saludar a sus rivales, con el fin de fomentar la deportividad e intentar combatir los problemas de violencia que tenía este deporte en el país.
Con medidas como estas, el tercer tiempo se presenta como una excelente forma de inculcar el respeto por el rival y el amor al deporte al general, algo que puede ayudar a que poco a poco se implemente en otros deportes por todo el mundo.
